Una sociedad más innovadora desde la Primera Infancia
El cambio de año es una excelente oportunidad de compartir momentos alegres en familia y con amistades, de reír y gozar en medio del color y la música, pero también es un espacio de reflexión para cada uno de nosotros. Una oportunidad de analizar en dónde va nuestra vida en relación con nuestras metas y también, por qué no, cómo marcha nuestra sociedad con respecto a lo que queremos de ella.
En lo personal y profesional, 2014 me ha dejado muchos logros, enseñanzas e inquietudes. Fue un año donde tuve la oportunidad de trabajar por el tejido social de Colombia desde diversos enfoques, generando actividades para los niños, los ancianos, los jóvenes y las mujeres en mi Barranquilla y luego centrando todos mis esfuerzos en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Estar en la Dirección de Primera Infancia del ICBF me hace pensar permanentemente en los niños y niñas, y al pensar en ellos, sigo viendo el tejido social del país como un todo. No tiene sentido pensar en la Primera Infancia de forma aislada cuando los niños y niñas menores de hasta 5 años de vida hacen parte activa de unas familias y de una sociedad y, en general, de un país con grandes logros y nuevos retos.
Entonces, yo, al igual que todos los colombianos y colombianas, pienso en los niños y niñas, en un país que, como diría García Márquez, esté a su alcance. Pero pienso más allá de ellos. Pienso en ese entorno donde ellos viven, con sus abuelos, con sus padres, con sus hermanos y con otros niños y niñas. Todos queremos un mundo mejor donde, no solo haya bienestar para los pequeños, sino para todas las personas. Un país por el que las personas transiten desde su primera infancia hasta su vejez rodeadas de oportunidades y de respeto.
Proyecto un 2015, y en general unos años venideros, que sean claves para el bienestar de todos y veo claramente que la respuesta pasa por la necesidad de tener un país cada vez más innovador. Ese proceso debe iniciar desde la Primera Infancia, y luego, lógicamente, debe ser reforzado en distintas etapas de la vida como la adolescencia, la juventud y la adultez.
¿Pero qué es ser innovador? ¿Cómo formar una primera infancia para la cultura de la innovación? ¿Qué podemos lograr en este 2015? De seguro la respuesta irá más allá de lo planteado en este post, pero podemos empezar a abordar el tema.
Stephan Vincent-Lancrin, destacado analista Senior del Centro para la Educación Investigativa y la innovación de la OCDE dice muy acertadamente que para innovar “es debido observar, cuestionar lo existente, imaginar nuevas ideas y tener la confianza y competencia para expresarlas de manera efectiva” y complementa que cree que “estas actitudes pueden ser alimentadas desde la escuela primaria, a través de pedagogías que permitan a los estudiantes aprender a través de la investigación y la colaboración”.
Yo estoy convencida de que esas actitudes se pueden empezar a alimentar, en su justa proporción, desde la primera infancia. Es decir, que además de la nutrición y la salud, elementos fundamentales de esta etapa de la vida, en los primeros años de aprendizaje se pueden brindar espacios y dinámicas que permitan a los niños y niñas insertarse, sutilmente, en una cultura de innovación, que sea favorable para ellos, pero también para la sociedad en general.
Las cinco habilidades que según Vincet-Lancrin, distinguen a los innovadores son “creatividad, capacidad de aprendizaje, pensamiento crítico, capacidad para aprovechar las oportunidades y comunicación” y al revisarlas, me queda claro que desde la labor que venimos desarrollando en los Centros de Desarrollo Infantil de ICBF, podemos empezar a introducir a los pequeños en este maravilloso mundo de la innovación.
Como ya les decía, mientras más se trabaja por la primera infancia, más obligatorio se vuelve pensar en el tejido social como un todo. Y todas las señas indican que ese factor cultural transversal que puede potenciar para siempre a nuestro país es la cultura innovadora. Y por eso tenemos que asegurarnos de que a todo nivel y en toda edad, los colombianos estemos comprometidos por esta causa.
En el ICBF trabajamos decididamente para cambiar el mundo y estamos convencidos de que, con el liderazgo de nuestra directora Cristina Plazas, lo estamos logrando poco a poco. En mi caso, desde la Primera Infancia, estoy plenamente segura de que todo lo que hagamos por los niños y niñas de hasta cinco años nos permitirá transformar definitivamente a toda nuestra sociedad.
2015 nos abre grandes oportunidades de crecimiento personal y social. Tomémoslas. De seguro que eso nos llevará a un excelente puerto. Y en este cambio de año, entre fiestas, charlas y momentos alegres, démosle un lugar a preguntarnos cómo, cada uno de nosotros, puede contribuir a que Colombia sea un país más innovador.
¡Feliz 2015 para todos y todas! ¡Que el nuevo año traiga muchas alegrías a todas las familias de nuestro país! ¡Qué Colombia sea cada vez una mejor familia! ¡Que compartamos con mucha alegría el inicio de este nuevo año, rodeados del color, el jolgorio y la energía, que son característicos de nuestros niños y niñas!