Karen Abudinen
Tu amor perdura en nuestros corazones

Tu amor perdura en nuestros corazones

Querida mamá,

Hace dos años fue el día más duro de mi vida, la noticia de tu partida dejó un vacío en mi corazón que aún no puedo explicar con palabras. Aunque ha sido difícil para toda nuestra familia, hemos encontrado consuelo y apoyo mutuo en este camino que hemos recorrido juntos.

Hoy quiero dedicarte unas palabras y contarte cómo hemos seguido adelante y cómo tu ausencia nos ha enseñado a valorar aún más cada momento de nuestras vidas y de nuestra familia. Ha sido un tiempo lleno de cambios, retos y a pesar de todo, hemos tenido momentos de felicidad.

Una de las cosas que más te emocionaría escuchar es cómo han crecido mis sobrinos Chiqui, Coco, Vicky y Nico Jr.. Parece que fue ayer cuando eran unos bebés, y ahora se han convertido en niños llenos de sueños y metas por alcanzar. Siempre preguntan por ti, y se acuerdan de tu olor y tus consejos.  Son la alegría de esta familia.  

En cuanto a mi papá, nos hemos unido aún más como familia para cuidarlo y brindarle el amor y el apoyo que necesita. A pesar de tu partida, se ha mantenido fuerte y ha encontrado la fuerza necesaria para seguir adelante. Es admirable ver cómo ha enfrentado esta pérdida y cómo se ha convertido en un ejemplo de valentía y superación para todos nosotros.  Me acuerdo de tus palabras “por favor siempre estén pendientes de tu papá”, y aquí hemos estado con él.

Si hay alguien de la que estoy agradecida de tener a mi lado todos los días es a mi hermana Jussetica, una mujer madura, empoderada y extraordinaria. Ha liderado su hogar, su trabajo y ha sido un apoyo incondicional para mí y para mi papá. Su fortaleza y determinación son verdaderamente inspiradoras.  Hoy también está a cargo de los negocios de mi padre y es impresionante verla gerenciar. Por su lado, Alex sigue en buen comportamiento y hoy hace parte también de la oficina de mi papá. Definitivamente tu legado sigue mami.

Tu amor perdura en nuestros corazones

Estoy segura de que por la primera persona que me preguntarías sería por Gaby: he tenido la dicha de cuidarlo y verlo crecer en medio de las adversidades. Es impactante lo inteligente y resiliente que es. Cada día me sorprende con su madurez y su capacidad para enfrentar los desafíos de la vida. Sé que estarás orgullosa de él. Te extraña y te piensa todos los días.

Mi abuela Lupe, tu mamá, a sus más de 88 años, sigue trabajando incansablemente y dando todo de sí misma. Tiene una energía impresionante, al igual que tú. Hace poco la acompañé a visitar las instalaciones de la empresa y fue maravilloso ver cómo todos la recibieron con tanto amor y respeto. A pesar de su edad, sigue trabajando con toda la vitalidad y dedicación. Me recuerda mucho a ti, mamá. Ambas son mujeres valientes que nunca se rinden.

Tus hermanos también siguen muy pendientes de la fábrica, la cual sigue avanzando y funcionando gracias a el soporte de todos. Tus enseñanzas siguen reflejadas en ellos y la unión familiar se mantiene. El espacio que han dejado Gabriel y tu sigue ahí, pero marcado por recuerdos y consejos que no se nos borran de la mente.

Por supuesto, he encontrado un gran apoyo en Chris, quien ha estado a mi lado como familia, pero también para seguir creciendo profesionalmente y para hacer realidad un proyecto al que he llamado: Eskaala. Recuerdo cómo tú me enseñaste la importancia de ayudar a los demás, y este proyecto de mentoría con jóvenes para conectar sus sueños con las oportunidades es una forma de honrar tu legado. Siempre imagino cómo sería si estuvieras aquí físicamente, sé que estarías involucrada, corriendo de un lado para el otro para ayudarme y feliz de formar parte de esto.

También, quiero mencionar la compañía y amistad incondicional de las personas más cercanas que siempre han estado a mi lado en el trabajo y en mi vida personal. Son personas que valoro mucho porque están presentes en las buenas y en las malas, apoyándome y brindándome su cariño. Son un recordatorio constante de que no estoy sola en este camino.

No puedo quedarme sin compartir una noticia que sé que te emocionaría. Mi hermano Nicolás ha tenido un hijo, tu nieto, el cual tú querías tanto. Estarías feliz de cargarlo y cuidarlo, sin embargo, se que lo haces desde la distancia y sé que estás feliz de ver cómo nuestra familia sigue creciendo. Sueño cumplido.

En cuanto a mí, he tratado de encontrar consuelo en los recuerdos que guardo de ti. Tus enseñanzas y tu amor incondicional siguen guiándome en mi día a día. Cada logro que alcanzo, cada sueño que persigo, lo hago con la convicción de honrar tu memoria y vivir la vida de la mejor manera posible. A veces siento tu presencia, como si estuvieras susurrándome al oído, mi apartamento de Barranquilla huele a ti y está tal cual me lo dejaste, con tus detalles y cuidados.  Siento tu alma ahí, 24-7.

Ha habido momentos difíciles, mamá, momentos en los que he sentido una profunda tristeza por tu ausencia y por los retos que he tenido que afrontar. Pero también ha habido momentos de alegría, en los que he sentido tu amor de una forma especial. He aprendido a valorar cada instante, a abrazar a mis seres queridos y a decirles cuánto los amo, porque sé que la vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

No puedo terminar sin decirte lo mucho que te extraño todos los días. Tu fuerza, energía, fe y alegría se reflejan en todos nosotros de diferentes formas. Tu vida ha dejado un impacto profundo en cada uno de nosotros, y seguiremos haciendo todo lo que nos enseñaste para que estés orgullosa de los que más amas.

Tu amor de madre trasciende la barrera de la muerte y me reconforta saber que sigues con nosotros de alguna manera. Si pudiera decirte algo en este momento, sería un simple «te amo». No importa cuánto tiempo pase, ese amor que nos unía nunca se desvanecerá.

Te extraño, mamá, y siempre estarás en mi corazón.

Con todo mi amor,

Tu hija, Karen Abudinen

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