Feliz Día del Padre
“Celarte yo a ti sería, irrespetar a mis hijos
Celarte yo a ti sería, irrespetarme yo mismo..”
Esos son los versos de Diomedes Díaz en su canción «Título de Amor», que me aguan los ojos cada vez que los escucho, porque es recordar a mi papá cantándole a mi mamá. Es recordar al Roque amante de la música y los carnavales, un rumbero de corazón cuya alegría y devoción por la música de Joe Arroyo llenaban nuestra casa de felicidad. Este vallenato siempre resonará en nuestros corazones y será un recordatorio constante de su amor incondicional hacia Jousseti.
En este Día del Padre, quiero honrar a Roque recordando todas las maravillosas cualidades que lo hicieron tan especial. Más allá de sus logros y su espíritu festivo, él era un ejemplo viviente de amor y cuidado hacia su familia. Cada sonrisa, cada enseñanza, cada gesto de bondad y amor son tesoros que guardo con cariño.
Han pasado seis meses desde que Roque dejó de estar físicamente con nosotros, pero sé que su espíritu sigue guiándonos desde el cielo, junto a mi mamá. Roque fue, es y siempre será un héroe para mí. Recuerdo claramente su constante empuje para luchar por su vida y mantener una sonrisa en los momentos más adversos de su enfermedad. Su lema «voy pa’ adelante» no era simplemente una frase, sino una filosofía de vida que inspiraba a todos a su alrededor. En los momentos más difíciles, esa filosofía me sostuvo y me ayudó a seguir adelante. De hecho, es una frase que constantemente me oyen decir.
Cada fin de semana, mi papá, que también era un abuelo dedicado y tierno, demostraba su amor llevando a sus nietos a Jumbo para que disfrutaran y eligieran lo que quisieran. Pero también era un amigo fiel y un ser humano increíblemente sensible. Su bondad y generosidad no conocían límites.
Como pueden ver, Roque tenía muchas facetas, fue un hombre excepcional cuya pasión y energía dejaron una marca en todos nosotros. Brilló como el mejor jugador de fútbol de su colegio y destacó en los bolos, representándonos con orgullo en competiciones internacionales.
Como comerciante y empresario, fue un ejemplo de trabajo y éxito. Su ética laboral y sus enseñanzas continúan guiándome a lo largo de mi vida. Además, su don de servicio no tenía límites; siempre estaba dispuesto a ayudar a quienes más lo necesitaban.
En este Día del Padre, invito a todos a recordar y celebrar las buenas cosas de sus padres, esos momentos que nos llenan de alegría y nos inspiran a ser mejores. Porque al recordar, vivimos nuevamente, y mantenemos viva la esencia de quienes nos han dado tanto.
¡Feliz Día del Padre, Roque! Gracias por sonreírme desde el cielo, por ser nuestro héroe y por enseñarnos que con amor, perseverancia y una sonrisa, siempre se puede ir adelante.