Karen Abudinen
Abriendo mi corazón: te cuento sobre mi detox personal

Cada uno de nosotros enfrenta momentos adversos en la vida. Algunos pueden encontrar consuelo en la música, el arte, el ejercicio o la meditación. En mi caso, escribir siempre ha sido una herramienta para sanar. A través de las palabras, puedo desahogarme y expresar mis pensamientos más profundos.

Hoy, después de un tiempo dedicado a encontrarme a mí misma y practicar el amor propio, siento que es el momento adecuado para abrir mi corazón y compartir mi experiencia. Siempre he utilizado este medio para hablar sobre mi vida profesional, pero la vida me ha dado un giro inesperado de 360 grados y creo que es el momento de compartir mi proceso para vivir con tranquilidad y superar los obstáculos.

Los últimos dos años han sido difíciles para mí. Me he enfrentado a obstáculos, chismes, tropiezos y la partida de personas importantes en mi vida. Sin embargo, también he conocido a aquellos que han llegado para enseñarme lecciones valiosas sobre lo que realmente importa. A través de todo esto, he encontrado una manera de sentirme mejor conmigo misma, sin preocuparme por el juicio externo ni permitir que las opiniones de los demás definan mi valía.

Recorrer este camino no ha sido fácil, pero como escuché hace algún tiempo, la magia sucede fuera de nuestra zona de confort, en mi caso, fue una sacudida inesperada. Al principio, me encontré sumergida en un mar de emociones. Experimenté negación, enojo y llanto. Cuestioné la injusticia de todo lo que estaba sucediendo y me pregunté por qué parecía que todas las dificultades se acumulaban en mi vida. Me sentí perdida y desorientada, sin entender por qué estaba atravesando tantas pruebas al mismo tiempo y por qué me tocaba a mí enfrentarlas.

Luego de un tiempo, cambié mi perspectiva y comencé a ver ese momento como una oportunidad para realizar un detox personal en todos los aspectos: mental, espiritual y emocional.

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Con todo este contexto en mente, quiero compartir con ustedes mi viaje de sanación. Quiero contarles lo que ha funcionado para mí, lo que me ha ayudado y lo que no. Si bien comprendo que cada persona tiene su propia manera de sanar, espero que, al compartir mis experiencias, pueda brindarles algunas herramientas valiosas que les sean útiles en sus propios procesos. Todos atravesamos momentos complejos en la vida, y al compartir nuestras historias podemos encontrar apoyo.

  • Reconecté con las cosas que realmente disfruto hacer. En mi afán de trabajar 24/7, gestionar, mostrar resultados y más resultados, me había olvidado de actividades importantes como escribir, pasar tiempo de calidad con mi familia, disfrutar de mis restaurantes favoritos y cuidar de mí misma. Ahora, valoro estos momentos de «detox» como los llamo, y los considero fundamentales para mi bienestar.
  • Me he rodeado de personas que me brindan apoyo y me inspiran. He establecido límites saludables en mis relaciones y he encontrado en mi familia un sólido soporte emocional. Si tu situación es diferente y no cuentas con el apoyo familiar, es esencial buscar personas que te hagan bien y donde puedas sentirte tranquila.

Mi método para detectar a esas personas positivas es revisar cómo reacciona mi cuerpo y mi mente, si me siento tranquila, sin ansiedad, o si, por el contrario, me ponen en una situación de chismes o críticas hacia otros.

  • Encontrar mi propósito. Me negué a rendirme ante las voces que decían que ya no tenía mucho que ofrecer, y, por el contrario, me alenté a creer en mi propio talento. Refresqué mis sueños y metas. Servir siempre ha sido mi mayor motivación, por eso, me he dedicado a construir el proyecto Eskaala para ayudar a los jóvenes de mi ciudad a encontrar mejores oportunidades. Encuentra algo que te mueva, puede ser parte de un hobbie o de tu ámbito laboral.
  • Mantener el equilibrio en mi vida. He aprendido a dedicar tiempo a los demás, pero también a mí misma. Disfruto del tiempo en compañía, pero también valoro mis momentos de soledad y reflexión. Además, mi fe y creencia en Dios, me han dado fortaleza y esperanza en los momentos difíciles.
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También, aprendí a desahogarme hablando con mi mamá (quien falleció). Puede sonar extraño, pero compartir mis sentimientos con ella se ha convertido en una forma significativa de liberar todo lo que llevo dentro.

  • Rompí con el hábito de quejarme y victimizarme. Aunque fue difícil al principio, dejar de quejarme me ayudó a minimizar la rabia, el enojo y la ansiedad que sentía. Dejé el discurso mental negativo y esto quizás ha sido una de las transformaciones más importantes que he experimentado. Se nota en el momento en que lo empiezas a practicar.
  • Aprendí la importancia de soltar. Suena cliché y quizás es de las cosas más complicadas, pero ha sido fundamental. Dejar de preocuparme por lo que piensen los demás, buscar la aprobación constante y confiar en mí misma. Entendí que no puedo controlar la perfección ni las opiniones de los demás, ni tampoco puedo controlar todas las injusticias. Aunque soltar esta necesidad de control sigue siendo un desafío, he aprendido que, al hacerlo, encuentro el verdadero valor y la seguridad en mí misma. No todas las recompensas vienen de terceros o de la aprobación pública; la recompensa más grande es la felicidad y la paz interna.

Aunque sigo en proceso y hay días buenos y otros no tanto, lo importante es que hoy soy una versión de Karen más fuerte y empoderada de mí misma.

Si tienes una historia que contar o compartir, te invito a hacerlo. Escribir es una forma hermosa de expresión y, sin duda, hay personas ahí fuera que han vivido experiencias similares y necesitan escucharte. Yo estoy aquí para escucharte, porque sé que cuando abrimos nuestros corazones y compartimos nuestras vivencias, creamos un vínculo poderoso de comprensión y empatía.

Recuerda, cada uno de nosotros tiene herramientas únicas para sanar y superar los momentos adversos. Encuentra la tuya y permítete ser guiado por tu propio proceso para encender la luz en tu oscuridad.

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