Desde pequeña estuve rodeada de grandes mujeres. Mi mamá Joussette y mi abuela Lupe son mis principales ejemplos de mujeres emprendedoras, alegres y guerreras. A ellas les aprendí que con tenacidad y pasión debo hacer las cosas que más me gustan en la vida. Además, me dejaron dos lecciones que son mi guía hasta hoy: hay que servir a la comunidad y soñar en grande.
Todos conocemos a una mamá que nos inspira. Por eso, en el Día de la Madre quiero reconocer a las mujeres fuertes y luchadoras que asumen este papel como todas unas heroínas y les entregan sus corazones a hijos propios o ajenos. Estos son los rostros cálidos y alegres de las mamás que hacen de todas las regiones nuestras segundas casas.