Sencillo, amable y un poco tímido, por estos días el profesor Vicente Antonio Goenaga Estrada alista maletas para representar a Barranquilla, y a todo el Caribe colombiano, en el programa de capacitación ICT Training for Colombia Teacher que se realizará en Corea del Sur del 15 al 29 de mayo.
A sus escasos 35 años de edad, Vicente es un gomoso de la robótica y un pilo en todo el sentido de la palabra: es Ingeniero de Sistemas de la Corporación Universitaria de la Costa; especialista en Gerencia de Sistemas de Información y, además, magister en Gobierno de Tecnología Informática de la Universidad del Norte.
En sus nueve años de experiencia como docente, se ha dedicado sin descanso a la pedagogía de la robótica en Barranquilla, ciudad donde nació y estudió su primaria y bachillerato.
El sueño de Vicente es volver de Corea del Sur y armar con sus pelaos del IED Betania Norte, un brazo robótico como el de la película Terminator II, pero con materiales reciclables. Es como uno de esos héroes anónimos del colegio que nos hubiera gustado tener como maestro a más de uno ¿No creen?
Es un orgullo para mí, como Secretaria de Educación del Distrito, presentarles al profe Vicente como un ejemplo del talento que reina en el profesorado de nuestra Capital Educativa, y un teso en la enseñanza de la robótica en las aulas de clase.
Mucha suerte a Vicente en su viaje a Corea del Sur y felicitaciones por ese amor que demuestra por la ciencia y la educación con calidad en Barranquilla.
Soy docente por vocación. Descubrí esa pasión gracias a mi madre, quien durante muchos años trabajó como profesora en una escuela distrital de Barranquilla y siempre tuvo en las venas esas ganas de enseñar. De hecho, mi primera experiencia como profesor fue con mis compañeros de colegio.
Desde entonces pude comprobar que ser pilo sí paga, más ahora con todas las oportunidades que brinda el Gobierno Nacional y Distrital para que los jóvenes puedan ingresar a una universidad de alta calidad sin tener que pensar en el dinero sino únicamente en el estudio.
Mi otra gran pasión ha sido la robótica, la cual he llevado a las aulas de clase del IED Betania Norte desde hace tres años. Esa experiencia con los muchachos de Décimo y Once la presenté en una convocatoria abierta a nivel nacional en febrero pasado, la cual seleccionó los mejores 18 proyectos educativos del país que utilizaban las Tecnologías Informáticas de la Comunicación (TIC) en las aulas de clase.
El premio para los seleccionados consiste en un viaje a Incheon, Corea del Sur, para profundizar en los proyectos que cada maestro tiene y conocer las nuevas herramientas en robótica que existen para ampliar el potencial del proyecto en las aulas.
El proyecto con el que participé y fui favorecido se llama Robótica Educativa en el Aula. Consiste en armar unos prototipos de robótica con fichas Lego, servomotores y sensores de choque, distancia y sonido, entre otros, que permiten que la figura tenga movimiento según un patrón de programación.
Este ejercicio ha sido posible gracias a unos kits electrónicos para robótica que entregó la Secretaría de Educación a unas escuelas de Barranquilla, interesadas en promover en los estudiantes el amor por la robótica.
La idea es que el prototipo o la figura diseñada por los muchachos, se desplace libremente esquivando obstáculos sin tropezarse. Para ello deben aprender a ubicar y programar los sensores y motores de forma tal que el robot cumpla con su misión.
Gracias a este proyecto y al aporte de mis estudiantes, viajaré a Corea del Sur para explotar al máximo el uso de las TIC con los equipos que tengo a mi disposición en la institución educativa donde trabajo.
La idea es transcender. Ya no sólo utilizar las fichas Lego sino comenzar a construir los propios prototipos a partir de elementos reciclables. He pensado en crear un brazo robótico cuyos movimientos puedan ser programados por computador.
Espero que muchas más instituciones de Barranquilla se motiven a estudiar la robótica. Les aconsejo que comiencen por lo más sencillo, con lo que tienen a la mano, porque los kits especializados son costosos y difíciles de conseguir.
Quiero volver de Corea del Sur con mucha experiencia en el uso de las TIC y compartir con los otros 17 maestros de Colombia que viajarán conmigo, los avances que hemos conseguido con mis alumnos. Además, quiero traer a la clase todo lo que aprenda para seguir fomentando el amor por la ingeniería y la robótica en Barranquilla. ¡Esa es mi pasión!