Chocó tierra de arrullos, cantos y rondas, nos abrió sus puertas para iniciar un proceso de país, en donde las actividades rectoras de la Primera Infancia fueron protagonistas.
Mi gran obsesión desde la Dirección de Primera Infancia es la CALIDAD, así en mayúsculas, y sé que para lograrla tengo que apuntarle a muchos frentes, uno de esos es la cualificación del Talento Humano y es por eso que estuvimos en Chocó en un espacio de aprendizaje dónde agentes educativos, madres comunitarias, maestras y maestros compartieron sus saberes y construyeron unos nuevos.
De la mano de mi equipo, de expertas en el tema de Literatura, Arte, Juego y Exploración del Medio como lo son Yolanda Reyes y Sandra Durán, hicimos un lugar mágico, en donde las ideas, los sueños y la imaginación inundaron los espacios pedagógicos que decidimos recrear en este encuentro.
Esos espacios pedagógicos que decidimos recrear, estaban pensados para transformar las prácticas educativas de agentes educativos, madres comunitarias, maestras y maestros, por eso elegimos variedad de materiales: de reciclaje, natural y básico. Botellas, cajas de cartón, rollos de papel higiénico, tapas, herraduras, telas, hojas de árboles, palitos, piedras y muchos más, estuvieron dispuestos para que durante la tarde tuvieran la posibilidad de elegir libremente como disponer estos elementos en los espacios pedagógicos.
La jornada de trabajo fue maravillosa, cuentos, poesías, arrullos, rondas e historias, deambularon durante toda la mañana en el lugar. Los recuerdos de la niñez estuvieron nítidos, el recordar y la memoria tuvieron un sello importante para cerrar la mañana llenas de energía e iniciar una tarde creativa.
Cada espacio disponible para ser intervenido estaba vacío, esperando el conocimiento previo y los aprendizajes nuevos para transformarse en un lugar en donde el Juego, la Literatura, el Arte y la Exploración del medio, se vivieran, respiraran y experimentaran, y sin duda alguna así fue. Los materiales, las historias narradas, los cuentos compartidos, las nanas, arrullos tradicionales y las vivencias de infancia se reflejaron en cada uno de estos espacios.
Cada grupo presentó su espacio, y a través de éste se presentaron a sí mismos, reflexionaron acerca de sus prácticas pedagógicas e hicieron conciencia de la importancia de dejar a las niñas y a los niños experimentar desde ellos mismos, el mundo, a construirlo, a armarlo y desarmarlo, a probarlo y hacerlo a su medida.
Esta jornada es el inicio de un compromiso que he asumido y que voy a llevar a cabo: la cualificación del Talento Humano de toda Colombia, ese que día a día está con las niñas y los niños apoyándolos en su desarrollo, propiciando experiencias de exploración, generando espacios pedagógicos creativos, innovadores y estimulantes, porque es el momento de garantizar CALIDAD en nuestros servicios en cada rincón de mi país.
¡La CALIDAD no da espera!