Karen Abudinen
Tres fiestas que son un orgullo

Feria de Cali

Por estos días se celebran tres fiestas de enorme riqueza cultural que bien vale la pena destacar, conocer y disfrutar en varias regiones de Colombia.

La primera es la Feria de Cali, que cumple sesenta y un años poniendo a bailar a los colombianos inmediatamente después de la Navidad. Por el salsódromo del 25 de diciembre desfilan los mejores bailarines de salsa de la ciudad frente a los miles de turistas y aficionados que les siguen el ritmo. Es un inicio de Feria relativamente reciente que reemplazó a la tradicional cabalgata y reforzó la imagen de Cali como la capital mundial de la salsa.

La salsa mueve a los caleños y a los demás rumberos colombianos durante la Feria. Sin embargo, la fiesta está hecha para acoger todos los ritmos. Desde sus inicios, a finales de la década del cincuenta, la Feria ha puesto a sonar en sus calles a las mejores orquestas y ha señalado las canciones más movidas de cada año. La Feria ha servido, por tradición, para medir los gustos y los éxitos de cada época. Lo que suena en la Feria de Cali, suena en toda Colombia. Por las tarimas de Cali han pasado los más prestigiosos grupos y cantantes de salsa, de Celia Cruz al Grupo Niche; pero también el merengue y la bachata de Juan Luis Guerra, el vallenato de Carlos Vives y hasta la camisa negra de Juanes.

Alrededor de la música bailable transcurren encuentros de musicólogos, festivales gastronómicos y muchos otros certámenes culturales que son una bonita muestra de la tradición y del modo de ser caleño.

Carnaval de Negros y Blancos
Fuente: https://carnavaldepasto.org

La segunda es el Carnaval de Negros y Blancos, en Pasto, que se celebra entre el 2 y el 7 de enero y es ya Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es uno de los carnavales más coloridos de Colombia. También es uno de los más antiguos, pues su origen se remonta hasta el siglo XVI. ¿Por qué es tan especial el Carnaval de Negros y Blancos? Porque es una fusión de culturas en una sola celebración: la indígena, la afroamericana y la europea, que también es la hermandad entre tres regiones colombianas: Los Andes, el Pacífico y la Amazonía.

Hay un día dedicado a los negros y otro dedicado a los blancos. El día de los negros todo el mundo se pinta la cara de negro. El día de los blancos, todos se pintan la cara de blanco. Y así enmascarados se presentan en el tradicional Desfile Magno, un espectáculo de color y alegría. Es maravilloso porque cada uno juega a ser el otro: el blanco, a ser negro; el negro, a ser blanco. Es una fiesta que celebra la fusión de la raza, pero también de las condiciones entre los que tienen mucho y los que no tienen nada. Es una celebración de la fraternidad, que coincide con la fiesta religiosa de la Epifanía, la visita de los Reyes Magos al Niño Dios recién nacido en Belén.

Feria de Manizales
Fuente: http://www.feriademanizales.gov.co

La tercera es la Feria de Manizales, que llega a su edición número 63 y se celebra entre el 5 y el 13 de enero. Esta feria con el pasar de los años, se ha transformado y ha dejado de ser más que una fiesta taurina. Alrededor suceden eventos que le han dado una identidad especial: propios y turistas esperaran el espectáculo de los ya tradicionales fuegos pirotécnicos, las coloridas cabalgatas, conciertos y actividades deportivas para todos los gustos.

Dentro de esta feria se lleva a cabo el Reinado Internacional del Café, en donde se resalta el valor que tiene este producto en la región, y en el que participan mujeres de todo el mundo. También se realiza el desfile de las carretas del rocío y la caravana de los populares jipaos, esos camperos campesinos adornados hasta el techo, que cargan el mercado y llegan a realizar recorridos en las dos llantas traseras por el peso que pueden soportar, famosos entre los turistas que visitan la región. Todas estas actividades evocan la época de nuestros antepasados a través de todas las manifestaciones típicas que se dan durante los 9 días que dura la feria.

Estas tres fiestas exaltan la identidad y la diversidad cultural del país. Vivirlas afianza nuestro orgullo y nuestro amor por Colombia, además de impulsar la economía y el turismo de cada región. Solo una recomendación final: es importante disfrutar de nuestras fiestas con tranquilidad, sin  violencia, sin excesos y entendiendo que todos hacemos parte de la celebración.

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