Karen Abudinen
Tras los vientos de Iota llegaron las tecnologías para reconectar a nuestras islas

Es la primera vez que un huracán categoría 5 llega a nuestras islas de San Andrés, Santa Catalina y Providencia y aunque intentó derrumbarlas, encontró una Colombia unida trabajando incansablemente para reconstruir lo que arrasó. Los vientos de los huracanes son invisibles, el internet también. Pero, mientras los primeros destruyen, el segundo hace que las personas progresen y lleguen muy lejos.

Para el Archipiélago no había tiempo que perder, cada minuto fue valioso para llegar con conectividad y reconectar a los isleños con las oportunidades. Por eso, dos días después de la contingencia, cuando se permitió el acceso de vuelos de la fuerza aérea, llegamos con 8 teléfonos satelitales para que los habitantes pudieran comunicarse.

Todo el Gobierno Nacional, en cabeza del Presidente Iván Duque, recorrimos las islas en moto, durante 4 días caminamos por todos los barrios reuniendo a las personas para ayudarlas, para enviarlas en vuelos humanitarios y hacer lo que fuera necesario para salvaguardar sus vidas. Realizamos cientos de llamadas, me contacté con los operadores de telecomunicaciones uno por uno e hicimos hasta lo imposible para conectar al archipiélago

Con el apoyo de Claro, Movistar, TIGO y Avantel, realizamos un trabajo maratónico, con el corazón y muy dedicado, para restablecer las comunicaciones y el servicio de conectividad de San Andrés y Providencia. Reparamos las conexiones y los isleños pudieron hablar con sus familiares, pero lo que más me conmovió, fue ver la unión de todo un país trabajando con pasión para ayudar a su gente.

Sin lugar a duda, son tres cosas las que nos ayudaron a devolverle las esperanzas a los sanandresanos:

  1. Con el liderazgo del presidente Iván Duque, desde el Gobierno Nacional reaccionamos con acciones de alto impacto, rápidas y eficientes, para que el futuro de nuestras islas no se derrumbara.
  2. El trabajo entregado y arduo de los técnicos y operadores de las empresas de telecomunicaciones para reconectar los servicios TIC en las islas.
  3. Los colombianos nos mostraron una vez más de lo que están hechos sus corazones. Fue increíble ver las millones de manos solidarias, las donaciones, los aviones y barcos llenos de comida, ropa, medicamentos, entre otras cosas, que llegaban a diario a los puertos del archipiélago para decirle a los isleños que no están solos, que cuentan con todo un país al que si le toca atravesar los mares para ayudar a su gente, lo hace.

Regresé a las Islas recientemente y en mi recorrido y seguimiento al trabajo que se viene realizando, caminamos una hora en trocha, con lluvia y barro de por medio, hasta llegar al cerro Buenavista, el punto más alto de Providencia. Ahí verificamos la conectividad de las zonas cercanas. Mi propósito era motivar a nuestros técnicos y operadores, a quienes en ese momento les manifesté “si la ministra sube hasta las montañas, lo podemos hacer todos”. Y así fue, conmigo estaban 15 técnicos que mostraron su agradecimiento con el Ministerio y con las ganas de todo el equipo.

Las buenas noticias llegaron al departamento. Anunciamos la llegada de 30 zonas digitales nuevas: 20 para San Andrés y 10 para Providencia, que quedarán instaladas antes de finalizar el 2020. Estas zonas son puntos de conectividad completamente gratuitos, que las personas podrán usar para aprovechar las oportunidades digitales. De hecho, recientemente instalamos la primera en Providencia.

También, durante los próximos dos años instalaremos 13 centros digitales para que los estudiantes de colegios públicos y los isleños puedan conectarse de forma gratuita al Internet de estos centros. Además, entregaremos 2.100 computadores y tabletas con las que San Andrés y Providencia se podrán transformar digitalmente.

Todo el que va a nuestras islas se enamora de ellas porque son territorios mágicos y ni los vientos más fuertes harán que su gente desfallezca. A pesar de las adversidades los ciudadanos se mantienen en pie, amables, respetuosos y siempre recibiendo a los visitantes con una gran sonrisa.

Esta experiencia nos fortaleció como equipo, por eso, no nos importa lo que tengamos que hacer para llevar conectividad, nuestra satisfacción más grande es que al finalizar nuestra labor las personas puedan transformar sus vidas.

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