Karen Abudinen
Los niños y las niñas de hoy y la barranquilla del mañana

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¿Se han puesto a pensar que esos chiquitines menores de cinco años que están por ahí, caminando y hablando por nuestras casas, dirigirán Barranquilla y Colombia en dos o tres décadas? Y no me refiero con “dirigir” sólo a temas políticos… me refiero a los negocios, al arte, al pensamiento… a todas las facetas de nuestra vida personal y comunitaria. Esa idea llega a mi mente muy, muy a menudo, y es por eso que me siento tan satisfecha de haber liderado en días pasados, más exactamente el 15 de octubre el 1er Encuentro Infancia de Primera: cinco años para toda la vida.

Las declaraciones de los expositores, que como regla general reconocieron nuestro trabajo con frases supremamente generosas como que “en Barranquilla la inversión en la Primera Infancia se nota, lo cual no es fácil ni común” como señaló la experta argentina Patricia Sarlé, me llenaron de alegría y de orgullo. Frases semejantes fueron dichas por Norma Rudolph, Siobhan Fitzpatrick y Luis Julián Salas, cada uno de ellos, desde su perspectiva y alcance, grandes trabajadores por la Primera Infancia.

Esto es importante para la ciudad, para la infancia y lo destaco pues visualizo una Barranquilla que lidere importantes transformaciones a nivel nacional. Una ciudad con vocación vanguardista que cada día emprenda más proyectos sostenibles y ambiciosos a largo plazo, y que sea “jalonadora” de la nueva ciudad latinoamericana. Y eso es posible solamente si trabajamos por la primera infancia, la inversión más rentable socialmente, así el plazo de retorno sea prolongado.

Me enorgullece trabajar con Elsa Noguera pues es una visionaria y le está dando a Barranquilla el lugar que merece a nivel nacional y latinoamericano, capitalizando el magnífico momento económico que estamos viviendo. Para bien del Caribe y de Colombia, nuestra capital del Atlántico está llamada a marcar tendencias. Y es por eso que hacer que Barranquilla entre en el mapa mundial de la Gestión Social es indispensable.

También me enorgullece trabajar con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, aliado estratégico en esta causa crucial que es el trabajo por la Primera Infancia, causa que en el último año ha recibido más que nunca, toda la plena atención del Distrito y todos los esfuerzos de sus dependencias, muy especialmente de la que dirijo.

Las cosas están dadas para hacer historia trabajando por el futuro. Grandes aliados en el Gobierno Nacional, como la iniciativa de Cero a Siempre, empresas privadas comprometidas como es el caso del Grupo Éxito, Bancolombia o Promigás, y una gran conciencia regional que nos ha llevado a crear cadenas de valor sólidas y productivas, con vocación de innovación social, en donde los padres de familia, los agentes educativos, los operadores de Infancia de Primera, y por supuesto los niños y niñas son protagonistas de primer orden.

No sólo fue interesante, fue retador escuchar a estos estudiosos extraordinarios que vinieron a reconocer nuestro trabajo pero también a enseñarnos. ¿Cómo olvidar que nuestros niños resignifican el mundo permanentemente a través del juego, haciendo de una caja un carro por poner un ejemplo, y que de allí viene el poder enorme de jugar para aprender, como nos explica la Dra. Sarlé? ¿Cómo no aplicar el conocimiento desarrollado por la Dra. Fitzpatrick alrededor de la importancia de incluir a la Primera Infancia en el diálogo social postconflicto, ya que de cualquier modo tienen que “padecer” el contexto y el subtextos de sus adultos? ¿Cómo no reafirmarnos en el trabajo integral de la Secretaría de Gestión Social luego de ver a la Dra. Rudolph explicar, desde una óptica sistémica, detalladamente, la influencia de los círculos sociales y familiares sobre el desarrollo de la Primera Infancia? ¿Cómo no reflexionar sobre el nuevo papel del hombre en la crianza y en la educación; y su participación en el rol del cuidador y cada vez menos como sujeto de confrontación?

Hemos recibido conocimientos valiosos que serán integrados a las experiencias de los Centros de Desarrollo Infantil CDI, pero que más allá de eso, deben ser integrados a nuestros hogares, a nuestras vidas y a nuestra perspectiva de ciudad.

Estoy convencida del enorme potencial de la comunidad barranquillera del presente, y por eso creo que vale la pena potenciar la comunidad barranquillera del futuro. Sin timidez y con decisión.

La nuestra es una ciudad que ha sido pionera y no puede perder esa característica. Y así como un día alojamos el nacimiento de la aviación colombiana, y como hemos sido sin cesar, la puerta de oro de Colombia, sueño que seamos la puerta de oro, no sólo de la infancia barranquillera sino de la infancia nacional. O incluso la capital colombiana y latinoamericana de la Primera Infancia. ¿Por qué no? Que despegue entonces este avión de alto vuelo, el del trabajo estratégico por la Primera Infancia.

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