Karen Abudinen
La “vaca loca” de la seño Yoris

Lo prometido es deuda.

Luego de presentarles la hazaña de la rectora Matilde Camargo del Nicolás Abello, el mejor colegio público del país en secundaria y el mejor en bilingüismo de toda Barranquilla, es el turno de conocer la aventura o la “vaca loca” en la que se metió su hermana gemela, Yoris, para que 780 niñas del IED Técnico del Comercio pudieran disfrutar hoy de una sede propia en educación básica primaria y quedarse así con la medalla de oro como la mejor institución de Colombia en esta categoría.

Más barranquillera que el Junior, Yoris habla con propiedad de la odisea que vivió desde 2008 con el alcalde Alejandro Char y con la exalcaldesa Elsa Noguera, para conseguir el espacio de calidad del que hoy gozan sus muchachas.

Sin embargo, no guarda elogios para describir el papel que también jugaron en esta aventura los padres de familia, los profesores y las mismas estudiantes de bachillerato que vieron en sus compañeritas de primaria a sus propias hermanas.

Hoy jueves siete de abril, Yoris y Matilde se reúnen con la Ministra de Educación Nacional, Gina Parody, quien les tiene preparada una grata sorpresa en Bogotá como reconocimiento a una vida de trabajo a favor de la calidad educativa en Barranquilla y Colombia.

 No me cansaré de felicitar a estas gemelas fantásticas de la educación barranquillera que son el dueto dorado, como dicen en el fútbol, del Índice Sintético de Calidad, el cual destaca cada año a los mejores colegios públicos y privados del país.

Hola a todos,

Yo, al igual que mi hermana Matilde, nos sentimos felices y satisfechas de recoger el fruto de años de esfuerzo.

Lo que hoy vive Barranquilla como la sede de la calidad educativa tras conseguir que tres de sus instituciones ocuparan los primeros lugares en primaria, secundaria y media de toda Colombia, es resultado de un esfuerzo colectivo de docentes, estudiantes y padres de familia. De eso estoy completamente segura, pues no conozco otra fórmula que justifique el éxito educativo que goza la ciudad. Mis años de experiencia así lo demuestran.

Desde 1972 he dedicado toda mi vida al Técnico Comercial. En ese año ingresé a trabajar como profesora. En 1985 dejé la tiza y el tablero para sumir la coordinación académica y de disciplina, y en 1992 tomé las riendas de la dirección. Son 44 años de vida docente que me certifican como testigo de que la unión hace la fuerza.

Pero asumir el cargo fue meterme en una ‘vaca loca’: primero porque en 2003 la comunidad estaba deseosa de que el colegio fuera técnico comercial para aumentar las posibilidades laborales de las niñas bachilleres, y segundo porque existía la urgencia de ofrecer educación en primaria a los pelados del centro de Barranquilla.

Recuerdo que fue un domingo cuando reuní a toda la comunidad y expuse la idea de abrir primaria haciendo rotación de aulas, pues no teníamos salones suficientes. Lo mejor de todo fue el respaldo incondicional que recibí de las estudiantes y madres de familia que, en su mayoría, eran egresadas de la institución. Y no dudaron un segundo en asumir el reto.

Pero la ‘vaca loca’ en la que me metí no quedó ahí: tras abrir primaria, fue tanta la cantidad de niñas que entraron a estudiar que nos quedamos embotellados y ahí comenzó mi lucha quijotesca.

Entre 2003 y 2008 la situación fue difícil hasta que llegó el alcalde Alejandro, quien escuchó el clamor de los padres de familia y vio en ellos el amor por la institución. Comprar predios contiguos no era una opción para nosotros, pues estábamos en el centro y hacerlo era difícil.

La ayuda que nos prestó el alcalde Char en su primera administración nos ayudó para seguir adelante, siempre con la esperanza de tener una sede propia para nuestras niñas de primaria. Ya bajo la administración de la doctora Elsa Noguera, el milagro llegó.

Me enteré de que cerca había una planta física abandonada de la comunidad jesuita. No podía dejar escapar esa oportunidad y le dije a la alcaldesa que me ayudara y en mayo de 2014 la primaria del Técnico Comercial consiguió concretar su anhelado sueño.

Desde entonces, y después de adecuar las instalaciones con ayuda de los padres de familia y del Cuerpo de Bomberos de la ciudad que trabajaron duro, hoy nuestras maestras y niñas se dedican a embellecer sus aulas para estudiar con más amor. Ese aspecto, el de conseguir nuestra propia casa, es el más importante y el que nos permite ser hoy la mejor escuela de primaria en toda Colombia.

Hemos logrado convertir la zona en un espacio dedicado a la cultura. Nuestras niñas y sus padres reciben clases de música, danza, pintura y manualidades, gracias al convenio que logramos con la Casa de la Cultura de Barranquilla, lo cual ha hecho que muchas de ellas participen en los eventos del Carnaval.

Brindarle las mejores comodidades a los estudiantes y profesores es el camino del éxito. Estoy segura que el apoyo y la compañía que nos ha brindado en estos meses nuestra Secretaria de Educación, Karen Abudinen, Barranquilla va por buen camino. 

Yoris Camargo
Rectora IED Técnico Comercial de Barranquilla

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