Karen Abudinen
Carnaval de Barranquilla 2014: la fiesta de la inclusión y el respeto

No muchas ciudades se dan el lujo de tener íconos culturales tan poderosos como el que tiene Barranquilla con su Carnaval, fiesta internacionalmente reconocida como Patrimonio de la Humanidad. Es por esto que además de disfrutarlo, no podemos dejar pasar esta oportunidad para aprovecharlo como herramienta de promoción de dos valores que son por naturaleza muy barranquilleros: la inclusión y el respeto.

Si bien estas causas no son nuevas no las podemos perder de vista. Las noticias y episodios cotidianos nos recuerdan que, lastimosamente, cada cierto tiempo a alguien se le ocurre sentirse más que los demás o promover el rechazo a algún grupo de personas, y que por tanto, no podemos bajar la guardia en nuestro afán de que nuestras comunidades no caigan en la trampa del irrespeto. Y el Carnaval de Barranquilla es la oportunidad de tener un punto de encuentro sin distingos de ninguna clase, generando un diálogo social transversal que permita que gente de todo tipo se reúna alrededor de la alegría, la diversidad y la riqueza cultural.

Es cierto, en nuestra sociedad persisten muchas problemáticas complejas: machismo, maltrato intrafamiliar y violencia, que sumadas nos preocupan y ante las cuales hay que tomar acción. Pero poco a poco vamos progresando y no podemos frenar. Tomando como punto de partida el Carnaval de Barranquilla podemos adelantar cambios de conducta en nuestros entornos familiares, habitacionales y laborales. Podemos dar más oportunidades a quienes las necesitan. Podemos escuchar más a quienes tradicionalmente han sido ignorados. Podemos obrar con respeto, para que las nuevas generaciones vean que nuestra ciudad es, ante todo, receptiva y tolerante.

En días recientes el BID compartía un breve artículo donde el autor se cuestionaba acerca de si las ciudades eran fieles a su naturaleza, a la esencia que les había dado vida y las había llevado a su estado actual. La reflexión me pareció relevante para nuestra Barranquilla. ¿Qué hace que seamos lo que somos? ¿De dónde venimos y para dónde vamos? ¿Qué es lo que realmente queremos ser como ciudad?

Respuestas hay muchas, pero cada vez las debemos ir condensando más para construir un futuro compartido del que todos nos sintamos parte activa. Parte de la respuesta está en la alegría y el respeto de nuestro Carnaval. Parte de la respuesta está en la actitud abierta que suelen tener siempre los puertos, punto de encuentro de los países con el mundo. Y en mi opinión, la otra parte de la respuesta está en la gestión social, que debe ser impulsadora del tejido social fuerte y en últimas, de lo que hemos llamado el Bienestar Barranquillero.

Disfrutemos pues de la Fiesta de la pertenencia y del orgullo barranquillero sin perder de vista en medio de la alegría todo lo que el Carnaval nos enseña sobre el respeto al otro. Así venceremos el machismo, el maltrato, la violencia y la odiosa discriminación, que cada cierto tiempo amenaza con tender su oscuro manto sobre la humanidad.

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