El tres de febrero, cuando asumí la Secretaría de Educación de Barranquilla, una era para nuestra ciudad comenzó su marcha: la era de la nueva calidad académica, pedagógica, administrativa y comunitaria para los mas de 200 mil niños, niñas y jóvenes que hacen parte de nuestra familia escolar en el sector público.

Por eso, he decido participar activamente de este momento histórico para Barranquilla, ciudad donde crecí y me eduqué y a la que le debo buena parte de mi formación profesional  y humana. De hecho, confieso que este compromiso me mantuvo durante varias semanas, previas a mi posesión, planeando detalladamente cómo responder a los retos que me dio el Alcalde, Alejandro Char, quien continuará y fortalecerá la transformación educativa que vive la ciudad desde hace ocho años.

Durante este lapso, la educación en Barranquilla aumentó en infraestructura, cobertura y calidad académica. Pero aún hay mucho por hacer. La ciudad ha emprendido este largo camino hacia el desarrollo y el progreso desde la educación y ha llegado el momento de no detenernos. Todo lo contrario: es hora de unirnos como familia educativa (padres, profesores, alumnos, comunidad y funcionarios distritales) para seguir haciendo realidad los sueños de los niños, niñas y jóvenes barranquilleros que a diario viven su presente y construyen su futuro.

De  hecho, esta responsabilidad no la debemos asumir por separado sino juntos como familia educativa, más aún cuando en Barranquilla hemos logrado implementar la jornada única escolar en el 20% de nuestras instituciones públicas, trasformando así la escuela en el segundo hogar de nuestros hijos e hijas.

Este logro nos debe motivar a convertirnos en la primera ciudad del país que educa desde el corazón, es decir desde nuestros colegios y escuelas se enseñan los principios básicos de la disciplina, el respeto, el esfuerzo, la responsabilidad, la lealtad, el compañerismo que es la base del trabajo en equipo y, por supuesto, el amor por el conocimiento desde la comprensión y el diálogo fraterno.

Convencida de que este es el primer camino que debemos recorrer juntos, me reuniré este jueves con los 157 rectores públicos para acompañarlos en el fortalecimiento de la calidad académica, pedagógica, administrativa y comunitaria que estamos fomentando.

Admito que me siento muy orgullosa de participar en este momento histórico para las futuras generaciones de barranquilleros ¡Los mantendré informados de lo que juntos avancemos!